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La Vanguardia Soviética y el Constructivismo en la Arquitectura

Marcel Blanchard. Moscú. Diciembre de 2003.

“El movimiento arquitectónico ruso representa un terremoto moral, una manifestación del alma, una ola de lirismo, una creación estética, un acto de fe en la vida moderna; un fenómeno completamente lírico, un gesto inequívoco, una decisión.
Yo he dicho que el constructivismo ruso denota una intención revolucionaria, pero más aún es el vehículo de un intento lírico, lo que es incluso más trascendente, y revela con fervor la perspectiva de un futuro estimulante. Y mi sensación es que lo que más interesa y mueve a estos rusos, es de hecho una idea poética”
Le Corbusier. “Lárchitecture à Moscou”.

“ Ninguna arquitectura fue tan precisa en su conjunción de ideas con las formas; ninguna tan elocuente en su pasión mítica y simbólica, ninguna tan luminosa y arriesgada en su aventura improbable, ninguna tan hermosa en su catástrofe abrazada herida como un pájaro de cera que se disuelve en ceniza y sombra”.
Luis Fernández Galiano. España. A&V.

“…y fui inmediatamente cautivado por el trabajo de Leonidov, en parte porque era tan directo y puro que parecía para mí casi amateur, y también porque era mucho más programático y social en sus intenciones que los otros trabajos…”
Rem Koolhaas. Moscú. 2002.

Como muchos otros fenómenos históricos y sociales de Rusia, la actividad arquitectónica y urbanística de todo el SXX, quedó velada a Occidente hasta la disolución de la Unión Soviética a principios de los `90.

Han pasado sólo 13 años de ese suceso que en la percepción de Henry Kissinger sólo puede ser comparable en su impacto geopolítico global a la caída del Imperio Romano.

Muchas cosas han cambiado año tras año, de modo asombroso en Rusia durante la última década. Con gran pragmatismo los rusos han absorbido el impacto de la disolución de un modo de producción económica y d  vida, el comunismo, para organizarse casi desde cero según una estructura más o menos democrática y de mercado. Lo han hecho con un increíble sentido práctico, con fe , con resignación en el destino, sin miedo a lo que pueda suceder (una vez más) y con una fuerza abrumadora, características todas del espíritu ruso y eslavo y que siempre desconciertan a Occidente.
Estos mismos rasgos son los que han generado a lo largo de la historia  los logros más brillantes y las caídas a las profundidades mas horrendas de esta extraña civilización que ocupa un territorio que va desde Polonia hasta Japón y es el más grande del planeta Tierra.

Napoleón parado en las colinas Borovitski al divisar por vez primera la capital de Rusia se maravilló:
“He aquí por fin la famosa ciudad de las doradas cúpulas!”
Y luego ante el incendio provocado por sus habitantes que la abandonaron por completo exclamó horrorizado:
“Bárbaros! Queman su propia ciudad! Bárbaros! Qué pueblo! Que pueblo!”.
Las tropas de Hitler al invadir la URSS en 1941 también se maravillaron de las reacciones de los rusos ante la máquina de destrucción y muerte alemana.

Los rusos , como se sabe terminaron en un caso en París y en otro en Berlín sorprendiendo admirando y atemorizando al mundo entero.
En 1991 lo hicieron de nuevo autodisolviendo pacíficamente uno de los mayores experimentos políticos y sociales de la historia de la civilización humana.
Las fronteras se abrieron después de décadas y siglos de hermetismo y el mercado libre entro violentamente con su ley. “Sov-capitalismo”, “capitalismo real”, “bolchevismo de mercado” son algunas de las denominaciones más agudas con que se ha referido a la inédita configuración actual del panorama socioeconómico ruso. Todas ellas reflejan penetrantemente y de algún modo un aspecto del fenómeno.
En cualquier caso: Rusia no es lo que imaginamos.
En todo sentido: Rusia no es lo que imaginamos.
Del mismo modo que México y los mexicanos son algo más complejo y rico que los malhechores del bar de la esquina en la película Mariachi, Rusia y los rusos son una cosa mas compleja y rica que los 2 delincuentes de la película “Nicotina”, uno de los cuales, el principal hasta gran acento tiene en su “ruso”.
En la Rusia actual, un ruso puede pasarse sin problemas una semana de vacaciones en Barcelona o Rimini después de algo más de 3 horas de vuelo y regresar a su despacho en Moscú o Volgogrado, renovado. Y lo hacen.
Un brasilero o un uruguayo pueden pasear por las calles de ciudades cosa que hace solo 15 años era virtualmente imposible de entrar incluso para un ruso y que no figuraban por razones estratégicas ni en el mapa de la URSS. Puede también encontrarse a un colombiano y a un mexicano en el club nocturno “La Habana” de San Petersburgo en donde la salsa hace furor así como el idioma español  latino,” mucho más elegante que el cursi e internacional inglés” en palabras de una chica local.
Ricki Martin y Maná suenan en una aldea rusa perdida en los bosques rusos y el gas de Rusia alimentara en 10 años al Reino Unido que se queda sin reservas.

Y en medio de todo esto, la arquitectura rusa. Extraña, en otra estética, al margen del jet- set editorial internacional, pero tan real como la misma Rusia y tan normal y evidente para los rusos como sus propias ciudades sus propios vestidos y su propio cielo.
Y reaparecen en  Moscú y en las principales ciudades de todas las ex – repúblicas soviéticas decenas de edificios de los años 1920 y 30, oscuros, rústicos, bellos, refinados y a la vez arcaicos. Son las construcciones de la Vanguardia Modernista soviética de los ´20 y ´30 del SXX.

LOS RACIONALISTAS  y LOS CONSTRUCTIVISTAS

 

Las dos agrupaciones principales de la Vanguardia Soviética sobre una aceptación básica de los postulados del modernismo pretendieron resolver los problemas y desafíos de la época desde opuestas aproximaciones.
Todo el tono de la arquitectura Soviética de los 1920 estuvo determinado por la intensa experimentación formal que siguió inmediatamente a la Revolución de 1917.
Por primera vez en la historia del arte y la arquitectura fue tomada por un estado (el joven estado Soviético) por un medio masivo de propaganda ideológica y como un catalizador social para inducir cambios en el comportamiento humano cotidiano ayudaran a la construcción del socialismo.
Nuevos contenidos llevaron a la búsqueda febril de nuevas formas.
De todos los aspectos del proceso de diseño fue el de la forma arquitectónica el que se convirtió en el punto crítico.
Y dos problemas que implicaban a la forma y que crecieron hasta intensas proporciones:
1. La relación de la forma arquitectónica con las leyes objetivas que gobiernan la percepción individual.
2. La relación de la forma arquitectónica con nuevas bases funcionales y constructivas de un edificio.

Los Racionalistas se aproximaron a la forma desde los aspectos perceptivos del individuo y los Contructivistas desde los funcionales y constructivos.
Aquellos que aún creían en el valor de la noción clásica de composición y que seguían la línea de investigación  de la psicología de la percepción abierta por el genial pintor vanguardista Kandinski, se convirtieron en los Racionalistas conducidos por Ladovski y Krimski.
Los artistas convencidos de la importancia decisiva del nuevo principio de contructivismo constituyeron el primer grupo de contructivistas en torno a Rodchenko y Ghan.

ASNOVA y el Racionalismo

Fue el primer grupo en conformarse en 1921 como Asociación de Nuevos Arquitectos.
Definió los principios básicos del Racionalismo poniendo el énfasis fundamental en los problemas del espacio y de la psicología de la percepción.
Asignando importancia al tema clásico de la composición en el método tradicional de enseñanza sostuvieron que la materia principal de la arquitectura era  el  espacio, mas aún que la que la propia estructura y relacionados con el espacio los problemas de las leyes objetivas que gobiernan la percepción humana de él, así como de la forma y el color.
Ladovski y Krimski no construyeron virtualmente nada pero como profesores ejercieron una poderosísima influencia. Sus alumnos realizaron diseños de alto nivel y participaron como grupo en varias realizaciones en la URSS.
Según Ladovski “el racionalismo arquitectónico se basa en la economía de energía psíquica en la percepción de los objetos espaciales y funcionales del edificio”, contrastando esto con el racionalismo en el sentido entendido tradicionalmente, es decir como racionalismo técnico cuya prioridad trata de la optimización y economía de materiales constructivos.
Los racionalistas rusos estaban más interesados en la forma externa más que en la organización interna del edificio. Su aproximación a la nueva forma fue esencialmente escultural. La organización interna de las nuevas funciones no desempeñaba para ellos un papel significativo en la generación y construcción de la forma el cual es precisamente el caso de los contructivistas.

OSA y los Constructivistas

A partir de la agrupación primaria de artistas constructivistas se formo en 1925 la Asociación de Arquitectos Contemporáneos, liderado por Moisé Ginzburg y los hermanos Vesnin.
Como movimiento arquitectónico fue enormemente influenciado por el Constructivismo  en el sentido amplio del término que afecto a todas las artes en los años inmediatos a 1917 en Rusia, en la frenética búsqueda de nuevos medios de comunicación visual para las inéditas empresas sociales que la joven revolución emprendía. Esta experimentación se dio brillantemente en los campos del diseño gráfico, el cine, la fotografía, las construcciones ligeras de equipamiento urbano como tribunas y quioscos, la escenografía teatral, los pósters de propaganda, etc.
El ánimo fundamental de estoa constructivistas era “promover la expresión comunista de los valores materiales”.
El grupo proclamo la incompatibilidad de la actividad artística tradicionalmente entendida con la naturaleza funcional de la “verdadera” labor intelectual. Declararon una guerra sin concesiones al arte como tal, sosteniendo lo inaceptable de la tradición artística en lo que a la forma de los nuevos edificios “comunistas” refería. Creían en un nuevo y auténtico arte (comunista), que basado en la producción crearía un nuevo entorno material acorde.
El rechazo al viejo mundo del arte aristocrático estuvo conectado con la percepción del arte como lujoso en contraposición a los sencillos productos industriales de la vida cotidiana.
El ascetismo. en la conducta se consideró también como el estándar de belleza del proletariado, la clase social llamada por la teoría marxista a conducir la construcción de una sociedad ideal: el comunismo.
Los experimentos artísticos se originaron en condiciones sociales y éticas en la búsqueda de una nueva forma que generase un nuevo entorno.
El primer número de la Revista Constructivista SA lanzó el slogan:
“la arquitectura contemporánea de cristalizar el modo socialista de vida “.
El intento de participar en la producción de nuevos tipos de edificios destinados a nuevos propósitos sociales – “los condensadores sociales de la nueva era”, “catalizadores en la modificación de la conducta social”- abarcaron toda la teoría y la práctica constructivista.
Sus supuestos doctrinarios constantemente enfatizaron que el constructivismo era un método artístico, no un estilo y que demandaba una determinada actitud frente a las cuestiones de la función, la construcción y la forma.
La función era el punto de partida, junto con los esquemas de flujos y equipamientos. A partir de ahí la forma se iría “construyendo” lógicamente de  dentro hacia fuera.
Para los constructivistas la tarea de los arquitectos trataba de organizar por medio de la arquitectura un nuevo modo de vida.

Utilizando edificios de nuevos programas expresados en nuevas formas obtenidas por el método constructivista el arquitecto generaría obras que transformarían la ciudad y la realidad social y la forma de vida y la mentalidad y por tanto acelerarían la construcción del comunismo. Estos edificios fueron llamados “condensadores sociales”.
La contribución al …. De la “construcción social” del socialismo fue la misión de la OSA como organización de arquitectos. Fue un objetivo metodológico el que los unió como arquitectos constructivistas.
Pretendieron crear nuevos organismos sociales arquitectónicos cuya vida interior derivara no de prototipos del pasado sino de las implicancias inéditas de la tarea en sí, investigando la función social del edificio , su expresión funcional y  a partir de ella constructiva y formal.

EL METODO DE DISEÑO CONSTRUCTIVISTA

 

  1. La organización espacial del edificio debe estar determinada por el estudio de diagramas de flujos y equipamiento.
  2. El complejo de volúmenes producido e interconectado por estas circulaciones de flujos debe ser analizado en términos de percepción considerando que la forma final del edificio debe reflejar la esencia de la función.
  3. Estas básicas intenciones deben entonces ser trasladadas a formas específicas de un edifico dado.
  4. Finalmente la ecuación final debe componer a todos los pasos anteriores en un todo, en una unidad orgánica de diseño.

Ginzburg sostenía que la aplicación de un método riguroso lejos de coartar la creatividad individual la prevenía de la  diletancia  y la dilapidación de energía liberando con la disciplina del método aplicado a los aspectos racionales y científicos del diseño un plus de energía creativa que sí podía ser utilizada con mayor eficiencia en los aspectos estéticos.

Alexis Ghan fue quien primeramente identificó las ideas básicas del marxismo con el constructivismo. Señaló la insuficiencia de la arquitectura precedente ante la inédita tarea social reconstruir el socialismo..
Demandó la utilización de tres disciplinas constructivas las cuales abarcarían todos los factores implicados en el proceso de diseño arquitectónico, los político – ideológicos, los sociales, los constructivos y los estéticos, a través de una lógica intelectual de diseño denominada “konstruktzia”.
En el idioma ruso, a diferencia del español o del inglés, existen dos palabras conceptos diferentes. Construcción en el sentido técnico, es “stroit”. Colocar un ladrillo sobre otro. De ahí la conocida palabra reconstruir: “perestroi” (perestroika: reconstrucción) aplicada políticamente.
La palabra “konstruktzia” implica un proceso intelectual, no hace referencia a componentes físicos sino a un tipo de lógica que gobierna todo el proceso de diseño, que reúne y organiza internamente. Es a esa función intelectual reunificadora y organizativa desde el interior del proceso generador de lo formal que hace referencia la palabra rusa conocida en el resto del mundo como constructivismo.
Según Gann las tres disciplinas del proceso de diseño son la tektónika, la factura y la reunificadora e integradora la konstrukzia.
Tektónica proviene de la geología y refiere a las violentas y profundas reestructuraciones político sociales y su influencia en la función y el diseño.
Faktura  refiere al adecuado manejo de los nuevos materiales y a un apropiado manejo según su condición orgánica.
Konstruktzia a la mencionada construcción intelectual. Es la disciplina clave. Integra todas las tres disciplinas en el proceso de construcción intelectual del diseño del edificio.
Los hermanos Vesnin   elaboraron las primeras bases teóricas constructivistas y realizaron una basta producción en concursos y edificios construidos.
Moisé Ginzburg desarrolló más aún la teoría refiriendo a la máquina en su lógica interna desprovista de cualquier forma como modelo generador de la auténtica arquitectura socialista y propone la amplia utilización de la matemáticas en el proceso de diseño para optimizar los resultados funcionales y espaciales del edificio.
Según Ginzburg la forma es una función X que dependerá de cada edificio concreto producto del manejo de las otras variables determinante entre las cuales la principal es la función social.

¿En que radica el aporte del Constructivismo al Movimiento Moderno Internacional?
Fue la expresión doctrinaria mas desarrollada y coherente, más llevada a su propio extremo, de la Arquitectura   Moderna.
Como método integral de diseño fue el más riguroso y directo en su formulación que la desarrollada en ningún otro país europeo así como la más global y pretenciosa en sus alcances. Fue mucho más lejos que lo producido por colegas del Bauhaus y el propio Hannes Meyer.

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El póster soviético

Marcel Blanchard. Montevideo, Marzo de 2005.

“Más alto, más rápido, más lejos”.

El póster en Rusia como medio masivo de comunicación visual, se origina a fines del SXIX, en la época del Art Nouveau vinculado con la emergente propaganda comercial y con gran influencia del póster alemán.
Con el triunfo de la revolución de octubre 1917 en plena I Guerra Mundial comienza la historia del póster soviético.
¿Porque una historia del póster soviético en si?
Fue en la URSS donde este medio de difusión masiva a través de la imagen bidimensional se utilizó de un modo tan peculiar como en escala nunca vista, alcanzando además niveles artísticos y de diseño tales que puede considerarse una escuela en sí, plena de experimentaciones , propuestas y logros.

Su finalidad abarcó muy diversas esferas, cumpliendo funciones político ideológicas, militares y  sociales que modelaron en gran parte la mentalidad de millones de ciudadanos soviéticos, convirtiéndose por su nivel en diseño gráfico y en comunicación en un objeto de estudio en sí que refleja las experimentaciones en este plano y la misma historia del SXX de Rusia.

Teniendo en cuenta el elevadísimo grado de analfabetismo de la Rusia zarista, la imagen era un arma propagandística y comunicativa de primerísimo orden en el arsenal del joven estado soviético.
El gran impulso de este arte, como en las demás, estuvo vinculado con el fervor revolucionario y el entusiasmo en crear una sociedad  n hombre nuevo, elementos que tuvieron reflejo directo a través de las formas, el color y los sloganes que componían estos carteles.

En los primeros años de la revolución inmediatos a 1917, los pósters mantienen una visible relación de diseño con la producción de la época zarista y con la iconografía cristiana ortodoxa. Esta última se puede seguir a lo largo de todo el SXX.
La evolución del póster soviético es el reflejo en sí de la propia historia política de la Unión Soviética. Fue en este país en donde las artes se tomaron de un modo masivo y sistemático como herramienta estatal. Desde el póster al cine, la arquitectura y el diseño textil.
Reflejan las vicisitudes más dramáticas de estos pueblos a lo largo del SXX. La I guerra Mundial, la Revolución de 1917, la Guerra Civil. La lucha por la industrialización forzada , la II Guerra Mundial y la ocupación del territorio soviético europeo por las potencias del Eje, la Victoria, la Guerra Fría, la carrera por la conquista del espacio con los EEUU y la búsqueda del comunismo desde la macroeconomía hasta las costumbres sociales y familiares de la vida diaria. En todos los caso se enmarcan en la consigna “más alto, más rápido, más lejos” hacia el futuro brillante, hacia el comunismo.

El póster soviético fue un elemento presente durante décadas en la vida de decenas de millones de personas. Se encontraban en todos los edificios públicos, en el equipamiento urbano y llegaban hasta la intimidad del hogar ciudadano y rural debido a su belleza artística. Buscaron catalizar la creación de la sociedad comunista incidiendo en la conducta de las masas y del individuo, desde como cuidar al recién nacido, como actuar ante el invasor en la tierra el aire y el mar, como tener cuidado de los espías, ahorrar para comprar una bicicleta o automóvil, como ser atleta de primera o simplemente ciudadano modelo, mujer, niño u hombre, además de transmitir directamente los lineamientos políticos ideológicos del gobierno en una etapa dada.
Se puede estudiar el fenómeno del póster soviético desde diversos ángulos. Por su evolución estilística cronológica, por su temática a través de todas las principales etapas de la historia rusa del SXX. También se puede hacerlo en cuanto relación del poder con las distintas clases sociales y actores en juego de las más diversas profesiones civiles y militares, arrojando una muy interesante luz sobre el extraordinario fenómeno humano que constituyó el experimento ruso-soviético de instaurar una sociedad ideal.

En la Rusia actual se ha suscitado un verdadero “revival” del póster soviético.
Este redescubrimiento y revival como otros que se dan en la sociedad rusa actual juegan un importante papel psico-sociológico en el proceso aun incompleto de comprensión e integración del pasado reciente ruso tan extraordinario en el cuerpo social presente.
Se puede ver a los jóvenes que eran niños o apenas en los últimos años de la URSS eligiendo y comprando entre sonrisas y sorpresa los famosos pósters de gran laconismo y dureza. Y muchas veces se ve también a gente que no eran niños en los años soviéticos, millones de ellos, eligiéndolos y comprándolos, pero sin esa sonrisa complaciente y sorprendida de los jóvenes.
Cómo expresa una canción de un cantante pop muy popular en la Rusia actual, estos pósteres parecen decir también “¿quién dijo que vivíamos mal?” dejando en suspenso una pregunta muy compleja que solo podrá ser contestada con mucho mayor perspectiva histórica, sobre lo sucedido en Rusia en el SXX y resaltando un sentimiento muy humano: los pósteres recuerdan a millones de ruso actuales a los años de su niñez y juventud con todo lo malo y lo bueno que ello trajo y llevó.
Rusia al mirar sus pósteres de nuevo, se encuentra en ellos mismos aunque naturalmente con un corrimiento en su significado, viéndolo con cierto desapego. Siguen sin embargo siendo una parte de ellos mismos y aparecen en el diseño ruso actual de diversas maneras.

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El Metro de Moscú “Vladimir Ilich Lenin” 1935-2005

Marcel Blanchard. Montevideo. Abril de 2005.

“Me parece que un pueblo que con una construcción como ésta, el Metro (de Moscú), alcanza tanto lujo y luz , y lo hace de manera funcional y confortable, ya ha construido lo principal y cree en su propio futuro”.
Antoine de Saint Exupery (1935)

“Si bien fui a Rusia para descubrir más sobre Leonidov, me beneficié enormemente al conocer el Metro de Moscú. Un paradigma de la arquitectura pública verdadera”.
Rem Koolhaas. (2002)

La primer línea ferroviaria construida bajo tierra, fue en Londres en el año 1863. Estos primeros 3 km de tramo subterráneo fueron construidos por la compañía “Metropolitan”, inmortalizando así la denominación de los trenes subterráneos urbanos.
A principios de la década de 1930´ en la URSS se suscitó un cambio profundo en la dirección político ideológica del país que alcanzo todas las esferas de la actividad social.
La búsqueda experimental y abierta del modelo de sociedad comunista futura y su expresión particular en la esfera de la arquitectura y el diseño por las vanguardias artísticas dejó lugar, a través de un complejo fenómeno no lineal y muy poco estudiado en sus implicancias, a un concepto unificado de subordinación de la vida social, artística y en última instancia político y económica a un plan global y único.
El georgiano Josif Stalin había consolidado su poder absoluto dentro del Partido Comunista y por tanto dentro del país más extenso del planeta Tierra. En 1928 se lanzó el Primer Plan Quinquenal que buscaba poner en pie de guerra a la URSAA para conseguir la industrialización forzada del atrasado, devastado e inmenso país.

La arquitectura constituyó un extraordinario aliado del poder político, de maneras poco vistas antes en la historia moderna. Tradujo a su lenguaje específico los slogans políticos de batalla, por la consolidación del socialismo y la construcción del comunismo a través de todos los avatares históricos.
La fe en el enorme potencial del espíritu humano cobro un vigor inmenso y se movilizó para “tomar el cielo por asalto” en las palabras de Marx, para traer el futuro al presente, dando por resultado un increíble fenómeno socio cultural en donde la percepción y el tiempo se alteraron del devenir del resto de la civilización de modo asombroso y aún difícil de captar y comprender objetivamente.
Moscú, la capital del País de los Soviets, estaba llamada a convertirse en la ciudad icono una vez más, pero ahora bajo el Zar Rojo venido del sur de Rusia, del turbulento Cáucaso, de  Georgia:  Joseph Visarionovich Stalin. Esta vez no como un reflejo de la Jerusalén Celeste  descendida,  del libro de las Revelaciones, sino del Comunismo, la sociedad de Oro descendida del futuro al presente.
Debió convertirse en la Metrópolis Luz del Proletariado, modelo ideal para las demás ciudades de la Unión Soviética , país de la revolución proletaria triunfante. El urbanismo alcanzó esferas muy altas y la Moscú actual aún es un reflejo de esas intervenciones.
Se concibió así el Plan general de la reconstrucción de Moscú de 1935.
Chernishev y Semionov, los diseñadores de este Plan General expresaron la concepción de base.
“El diseño de la ciudad no es una imagen bidimensional sino tridimensional” según Semionov.
Chernichev por su parte escribió que “la ciudad socialista no es la amalgama mecánica de fragmentos separados compitiendo unos con otros…sino un complejo urbano diseñado y ejecutado como una entidad”. Esto debía de distinguir a la ciudad socialista de las grandes metrópolis capitalista.
La búsqueda de la nueva imagen de Moscú se debería hacer partiendo del trazado histórico de la ciudad, reforzándolo y ampliando en su concepto la estructura radial-anular focalizada en el Kremlin, centro geométrico de la ciudad.
Fue lanzado el concurso para el Palacio de los Soviets (1932-33) cuyo proyecto ganador tuvo como autor al arquitecto ruso Iofan  quien derroto entre otros destacados arquitectos occidentales y rusos a Le Corbusier y Gropius. Este concurso marco el fin del modernismo internacional en la Unión Soviética y fue el último concurso en el que participan arquitectos extranjeros. Esto volvió a suceder solo 70 años después en el realizado en el 2003 en San Petersburgo para la ampliación del teatro Kirov ganado por el francés Perrault, en donde participaron entre otros, Izosaki, Botta y los principales estudios rusos de la actualidad.
Con el triunfo de Iofan en 1933 se impuso el primer Post-Moderno de la historia de la arquitectura moderna, 40 años antes que en la Europa Occidental y con críticas a las concepciones de éste asombrosamente similares.

El metro de Moscú en su primer tramo formó parte de este vasto Plan de Transformación de Moscú. Y lo que comenzó como un proyecto tecnológico de estricta finalidad funcional en las comunicaciones urbanas de Moscú , rápidamente se transformo en una epopeya de proporciones heroicas y de un simbolismo tal que afectó la vida posterior de la ciudad hasta nuestros días.
El primer túnel se comenzó excavando con pico y pala convirtiéndose en una Babel subterránea del SXX en donde trabajaron decenas de miles de obreros provenientes de todos los rincones de la URSS y de las profesiones más variadas. Se recurrió como fue común al gobierno de Stalin a la mano de obra forzada de miles y miles de presos políticos.
Cuando las obras se hicieron más lentas debido a las grandes dificultades técnicas que presentaban las características del subsuelo de Moscú  fue la participación voluntaria de legiones de jóvenes comunistas que bajaron a las profundidades y le imprimieron un impulso físico y moral decisivo. Una de las más importantes de las estaciones del metro de Moscú les recuerda y hace honor con su nombre, Komsomolskaya (de la Juventud Comunista).
Posteriormente al ir extendiéndose el Metro de Moscú los rusos  por experimentación directa desarrollaron mucho la ingeniería técnica de perforación y construcción de arquitecturas en las profundidades y la propia URSS producía desde las inmensas maquinas perforadoras de túneles hasta los trenes y las escaleras mecánicas.

El Metro de Moscú significó la expansión de la ciudad comunista ideal, pero bajo tierra, y adoptó de hecho idéntica estructura geométrica al trazado de Moscú con su posterior evolución. Le Corbusier en una de sus visitas a la capital rusa para construir su edificio “Centro Soyuz” había manifestado con su distintivo temperamento : “una línea de metro circular para una calle circular” refiriéndose al Anillo de los Jardines. Dos décadas después se hizo realidad esa intuición bajo el suelo de Moscú.

La primer línea del metro de Moscú entró en funcionamiento el 15 de Mayo de 1935. Toda la noche previa la gente se aglomeró en las estaciones esperando ser el primero en comprar el billete en las primeras horas de la mañana del día 15. Cuando se abrieron las cajas y la gente con su billete comenzó a descender a las profundidades de su propia y querida ciudad los moscovitas no daban crédito a lo que tenían bajo su ciudad. Un increíble museo para uso diario. Según cuentan los testigos la iluminación y el lujo de los revestimientos de piedras era tal que deslumbraba. Cualquiera se conducía con un porte muy digno en el Metro, cambiando un poco la compostura en el proceso fuera de serie de descender a las profundidades.
El slogan del momento fue “Tenemos Metro!” y se reflejo en los pósters de propaganda estatal soviéticos de la época.
Con el transcurso del SXX se convirtió en cuanto sistema de transporte público y de infraestructura urbana, en un ejemplo extraordinario y único en el mundo, de diseño, arquitectura e ingeniería, lleno de contenidos simbólicos, psicológicos y sociales.
El transporte rápido de masas, estuvo concebido desde el principio en el Moscú subterráneo, como un medio estético de comunicación también masivo de un ideal , a través del lenguaje de la arquitectura, la escultura, la iluminación , a tecnología y el diseño en sus más variadas esferas.
A diferencia de Occidente, el uso de las escaleras mecánica tuvo una función no comercial con la finalidad de aumentar la cantidad de ventas desplazando mas eficientemente al potencial comprador , como en los shopings americanos, sino estrictamente pública, de modo de transportar al ciudadano más rápido y cómodamente.
El metro de Moscú desde un inicio fue concebido como el futuro dorado traído al ahora, para el proletariado que lo utilizaría en masa todas las mañanas y las tardes para ir al trabajo y volver a sus casa de él. La expresión del Ministro de Cultura de Lenin, Anatoly Lunacharsky de que “el pueblo también tiene derecho a columnatas” en critica aguda al modernismo internacional, se hizo realidad también a decenas de metros de profundidad de la superficie de Moscú.
El sistema metropolitano moscovita devino una extraña y sorprendente mixtura de transporte público, museo arquitectónico e histórico de la URSS, catedral, catacumba y fortaleza, refugio antiaéreo y atómico en las profundidades durante la Segunda guerra Mundial y en la Guerra Fría.
A través de las primeras cuatro líneas se reflejó la evolución estilística arquitectónica de los años de Stalin y luego de su muerte en 1953, la evolución posterior soviética hasta nuestros días.
La primer línea reflejó aún la estética de las vanguardias modernistas soviéticas. Se terminó en 1935.
El segundo tramo del Metro de Moscú finalizado en 1938 , un año antes del comienzo de la Segunda Guerra mundial, expresó el monumentalismo y la estética del realismo socialista, aunque aún con influencias del modernismo y del Art Decó.
Durante la misma Segunda guerra Mundial, estando gran parte de la Rusia Europea, Bielorrusia, Ucrania y las Repúblicas Bálticas ocupadas, se siguió construyendo el metro de Moscú, en particular la estación Avtozavodskaya cercana a las fábricas de automóviles que en esos momentos jugaban papel activo en la producción de los famosos tanques T-34 rusos, temática que se ve en los frisos de mosaicos de dicha estación, y la estacón Izmailovski Park dedicada a los partisanos rusos que peleaban en esos momentos detrás de la línea del frente contra el ocupante y cuya temática decorativa son los partisanos ( mujeres, niños y hombres ancianos civiles) y sus armas en los bosques rusos.
Durante esos años los túneles y las estaciones sirvieron de refugio antiaéreo. En la estación Kirovskaya (hoy Chisty Prudi) funcionaba el Alto Mando del ejército rojo presidido por el mismo Stalin y en la estación Mayakovskaya el Alto Mando de la Fuerza Aérea.
Luego de  finalizada la Segunda Guerra mundial, en Mayo de 1945 , exactamente 10 años después de la apertura del primer tramo del Metro de Moscú, comenzó con gran impulso otra etapa que se reflejó tanto en la arquitectura de superficie de la capital soviética como en la de las estaciones subterráneas. El tema fue el triunfo y la victoria en lo que los rusos, bielorrusos y ucranios denominan la Gran Guerra Patria por haber constituido para ellos una guerra de liberación de la ocupación del territorio nacional y por la devastación causada. Los soviéticos perdieron cerca de 40 millones de vidas y más de 350 ciudades fueron reducidas a la nada.
A principios de la década del ´50 se completo la línea circular que se representa en los esquemas en color marrón. Esta línea tiene unos 20 km de perímetro. El primer tramo en la parte sur se hizo coincidir con la gran avenida circular que forma el segundo anillo concéntrico de Moscú a partir del Kremlin. Este perímetro (hoy llamado calle “de los jardines”) constituía la segunda línea defensiva de Moscú en la antigüedad al igual que el primer anillo (de los Bulevares). Al destruirse estas murallas por obsoletas militarmente dejaron lugar a las calles radiales que conforman la actual estructura concéntrica de la ciudad. Así el primer tramo de la línea del Metro circular se planificó debajo del antiguo perímetro amurallado de la ciudad. El segundo tramo que completo el círculo, se corrió aproximadamente 1 km y medio hacia fuera del centro de modo que uniera las 8 estaciones ferroviarias de Moscú que parten en todas las direcciones de Europa y Asia.
La arquitectura de las estaciones de la línea circular es quizá la mas impresionante en lujo y triunfalismo estando dedicadas a temáticas vinculadas con la Guerra Mundial y con la cultura. Dos de las más importantes estaciones están dedicadas  a las otras dos “Rusias”, importantísimas repúblicas componentes de la URSS. La Rusia “blanca” actual Bielorrusia (estación Bielorruskaya), y la Rusia Azul” la actual Ucrania (estación Kievskaya) . Ambas estaciones subterráneas son un verdadero museo histórico y de las costumbres a estos dos grandes pueblos eslavos y conectan en superficie con las estaciones ferroviarias de Kiev y de Bielorrusia cuyos trenes unen Moscú con Kiev y Minsk, capitales de Ucrania y Bielorrusia respectivamente.
En 1954, un año después de la muerte de Stalin toda la arquitectura de superficie y subterránea de Moscú experimentó otro drástico cambio. Volviendo al racionalismo en el intento de economizar recursos.
En as décadas siguientes se siguieron construyendo estaciones en diversos e interesantes estilos.
Dos líneas extraordinarias en su diseño lo constituyen la diametral de color gris y la radial de color amarillo y la radial de color verde claro. La línea gris presenta en sus estaciones una exploración fuera de serie en el tipo de estación de una sola bóveda y un solo gran anden sin filas de columnas para descargar el peso. Es muy atractivo y original el tratamiento lumínico de ellas. La línea amarilla que coincide aproximadamente con la gran radial moscovita “De los Entusiastas”, representa un estilo muy propio de los ’70 y ´80 soviéticos, de un diseño altamente sintetizado  una fuerza rústica muy atractiva. El rostro de Lenin de la estación “Ploshad Ilicha”, así como la hoz y martillo en las paredes de los túneles reflejan el estilo típico de esos años en todos los símbolos comunistas: de líneas duras y elegante abstracción.
Las estaciones de la línea verde clara una de las últimas en ser construida son  sorpresivas en su diseño. Una especie de Neo Art Nouveau. Las luminarias de estas estaciones son extrañas y muy originales y generan un ambiente inquietante e irreal que podría recordar a la estética de la “Ciudad Gótica” de Batman o de los cuentos de Allan Poe o incluso a los dibujos del inglés Aubrey Beardsley. El Art Nouveau fue el estilo cortado por la revolución de 1917 y fue visto en los primeros años de la Unión Soviética, como símbolo de la decadencia de las sociedades burguesas.
Los nombres de las estaciones, como en todos los metros del mundo reflejan mucho de la historia , los lugares y la cultura local. En particular existen 6 estaciones cuyos nombres están dedicados a ciudades extranjeras: Rizhkaya (de Riga), Kievskaya (de Kiev), Varzhavskaya (de Varsovia), Bratislavskaya ( de Bratislava), Prazhkaya (de Praga), Rimskaya (de Roma).
Muchas están dedicadas a héroes de la revolución, a ciudades rusas héroes en la Segunda Guerra Mundial, y a actividades científicas, culturales y deportivas, así como a importantes personalidades de la historia de Rusia.

El Metro de Moscú constituye un eficiente medio de transporte urbano, utilizado por mas de 9 millones de personas cada día. Anualmente lo utilizan 3.000 millones de personas.
Constituye también un extraordinario museo de la arquitectura rusa soviética y post soviética y en sus mosaicos y frisos se relata visualmente la historia de este país, como si las estaciones fueran catedrales e iconos cristianas ortodoxas.
En términos de cantidad de transporte diario es el numero 1 del mundo seguido por el de México DF (7 millones de pasajeros diarios) y por el de Tokio (5 millones de pasajeros diarios).
La distancia actual de sus 12 líneas es de más de 270 km y tiene 165 estaciones estando planificado ya el crecimiento para los siguientes 15 años.
Las líneas tiene nombres propios constituidos por pares que son las barriadas moscovitas que unen de un extremo a otro. Por ejemplo “Tagansko-Krasnoprenskaya”. Se designan también por un número y un color propio. Las grandes líneas radiales son de aproximadamente 30 km de largo. La mayor de ellas , la violeta es de 39,5 km de largo y su recorrido de punta a punta insume 64’.
Las estaciones  están conformadas en la gran mayoría de los casos por un sistema arquitectónico de tres elementos: el pabellón de acceso de superficie, la escalera mecánica y la estacón subterránea propiamente dicho.
El largo de las estaciones es  de 100 a 150 metros siendo la más larga de 250mts (Arbatskaya) permitiendo acceder a trenes de 8 vagones.
La distancia entre las estaciones es una de las más largas del mundo dando un promedio de 1800 mts entre dos estaciones y llegando al máximo en el tramo que une la estación Kievskaya con la estación Park Pobedy (terminada en 2003), en un total de 4km de túnel. Este tramo y estaciones son una de las más profundas del mundo, situándose a casi 90 mts de la superficie.
Las largas distancias entre estaciones permiten desarrollar una muy buena velocidad comercial de promedio 40 km7h, llegando en determinados tramos a 90 km7h.
Un vagón en las horas pico lleva aproximadamente 250 personas y los trenes llegan a la estación con una frecuencia no superior al minuto. Al respecto, alguien con gran agudeza, refiriendo a lo imprevisible del acontecer histórico ruso dijo que lo más previsible en Rusia, lo más seguro de esperar que suceda, es pararse en un andén del metro de Moscú y esperar que en unos cuantas decenas de segundos llegue el tren siguiente. Refleja en cierta manera una verdad urbana, pues el moscovita al introducirse a las profundidades diariamente tiene una sensación sutil e inconsciente pero muy definida de saber que ahí abajo todo funciona y es previsible dando esa dulce seguridad de las cosas cotidianas , tan importante para el equilibrio psíquico del ser humano y en este caso del habitante de una gran metrópoli. El metro de Moscú tiene su propio ritmo, sus olores característicos, su tonalidad luminosa particular constituyendo un protagonista de primer orden de la vida diaria de Moscú. Cualquier moscovita que se hallase fuera de su país o simplemente cualquier persona que haya vivido cierto tiempo en esta ciudad inmediatamente revivirá con cierta nostalgia una serie de sensaciones asociadas con todo esto con la sola mención. Todo habitante de Moscú de la edad que sea posee más o menos secretamente su estación “preferida” y momentos  claves y períodos enteros de su vida están asociadas a tal o cual estación con todo lo que ella implica. Cada línea posee su propia “voz” distintiva incluso. Cuando el tren arriba a una estacón , asó como cuando las puertas se van a cerrar para la partida, una voz grabada lo anuncia en todos los vagones. Estas palabras están también alojadas muy hondo en cada moscovita y son dichas por extraordinarias voces a veces masculinas , a veces femeninas. Se ha mantenido la misma voz durante décadas lo que hace que un moscovita a veces pueda saber a ciegas que línea recorre por la voz que anuncia la llegada y partida de los trenes a las estaciones. Cada voz tiene su propia inflexión peculiar al anunciar cada estación y lo hacen con un sutil orgullo y una tonalidad muy sugestiva y agradable, como si no recorriera el mismo Paraíso de estación en estación, como si se estuviera visitando un extraordinario museo en vez de simplemente correr apurado en un transporte subterráneo colectivo para los asuntos diarios.
El metro de Moscú posee también sus personajes infaltables, los adormecidos cuidadores de las grandes y veloces escaleras mecánicas que controlan el flujo masivo en una cabinita ubicada al final de estas abajo, las oficiales de estación con su señal de arranque en la mano, las limpiadoras, los siempre presentes milicianos, muchachos increíblemente jóvenes que cuidan el orden y hasta los perros en invierno. No es extraño ver en el invierno como algunos inteligentes perros de Moscú pasean  en el metro para protegerse del invierno ruso. Nadie les molesta (ni los milicianos) pues no hacen nada a la gente, comportándose con la urbanidad que se espera se comporte un usuario del metro moscovita. No significa esto que toda la población canina de esta gran urbe baje al Metro en invierno pero si se ven a veces salir raudos de un vagón y subir la escalera mecánica como si se dirigieran a un importantísimo asunto.  En Moscú se ven siempre cosas extrañas.

Diariamente en todo el sistema de vías subterráneas funcionan 7800 viajes de trenes de extremo a extremo de línea. El recorrido lineal diario de un tren es similar al de un tren de superficie que une Moscú con San Petersburgo, unos 640 km.

El esquema del metro es muy simple y refleja la estructura de las grandes avenidas de Moscú. Una línea circular atravesada por 11 líneas diametrales y radiales.
El diseño arquitectónico de las estaciones es extraordinario en muchos sentidos. Cada estación fue diseñada con características exclusivas recurriendo a distintos recursos arquitectónicos desde el acondicionamiento lumínico hasta el tipo de materiales de revestimiento y el tipo de estructura de descarga de la estacó son únicos  muy originales para cada una. Si bien en el diseño de la primer línea en 1932-35 los arquitectos de moda de la época no se molestaron en obtenerle proyecto de alguna de las estaciones por ser considerado el metro un tema ajeno a la arquitectura con “A”, inmediatamente comprendieron su error. A o largo de las sucesivas décadas el diseñar una estación de Metro fue algo de primerísimo nivel en la vida de una arquitecto y se generó una interesante competencia en el tiempo, de modo de que “su” estación siempre tuviera algo original y distintivo en términos de lenguaje arquitectónico. Lo destacable es que siempre esa originalidad y distinción quedó dentro del marco de la arquitectura pública sin constituirse en una materialización inflamada del ego personal del arquitecto. En las décadas del racionalismo soviético más extremo, en los ´60 y ´70, los años de mayor experimentación con la prefabricación, el toque personal de cada estación fue tan sutil como interesante, ya refiriera a las lámparas, o al pavimento, o al revestimiento o al ambiente en general de la estación en cada caso dedicada a un tema y siempre representado aunque sea por un detalle artístico de él en términos artísticos, figurativos , abstractos o simbólicos.
Cada línea por su parte mantiene una unidad estilística en toda sus estaciones, a veces habiendo una variación perceptible entre el tramo norte y el tramo sur con respecto al centro de la ciudad. El moscovita que viaja adormecido en el tren arrullado por el ruido característico y el mecimiento de los vagones puede reconocer en que estación se detuvo e tren aún si no escucho la voz que lo anuncia, con un leve vistazo por a través de las ventanillas, ya sea por el tono de luz de la sala, por el tipo de columnas de descarga o ausencia de ellas, por las lámparas o cualquier otro detalle de decoración propio.
Los diseñadores de las estaciones tuvieron especial cuidado en utilizar efectos especiales, muy manejados en el diseño de escenas en teatro, en los que el acondicionamiento lumínico juega un papel decisivo para generar la ilusión óptica de descompresión, de etereidad de la bóveda de la estación, de modo de contrarrestar la inevitable sensación de compresión y claustrofobia que un organismo experimentaría a tales profundidades en espacios de esas características. Las distintas soluciones son extraordinarias. Flota por ello, en el metro de Moscú un ambiente teatral y eclesiástico.
La arquitectura de las estaciones es arquitectura sin fachada, arquitectura del puro espacio interior, posible de ser vivida solo en condiciones de acondicionamiento artificial, lumínico y de ventilación y aire acondicionado de modo de mantener el aire puro y temperatura constante a lo largo de todo el año que en Moscú ofrece un delta de temperaturas de hasta 70 grados entre la máxima y la mínima.
En términos de los materiales de revestimiento podría considerarse al Metro de Moscú un insólito museo de la piedra. Los mármoles y granitos de los tipos y colores mas variados, del Cáucaso, de Crimea, de Siberia, otras piedras mas extrañas como la rodonita, el jaspe,etc. en cantidades tan  extraordinarias que podrían pavimentar gran parte de la superficie vial de la ciudad. Puede incluso encontrarse con cierta atención,  en muchas estaciones, impresas en las vetas de las piedras de revestimiento de las columnas y paredes extraordinarios restos fósiles de nautilus, corales, conchas marinas y vegetales de 120 millones de años.

En Mayo de 2005 se celebran los 70 años de apertura del metro que como en pocas ciudades posee una mística propia muy fuerte y forma parte del inconsciente colectivo ciudadano, siendo además el modo más rápido y efectivo de trasladarse de barrio a barrio dentro de Moscú.
En el año 1931 Le Corbusier en pleno romance con Moscú escribió sus “Repones à un questionnaire de Moscu”. El metro no había empezado aún a de construirse, ero el genial francés expuso algunos conceptos que luego se materializarían en las profundidades de esa ciudad:
“Las líneas metropolitanas son el fundamento mismo de los transportes urbanos: rapidez, economía, reducción de los embotellamientos. El urbanismo racional reclama que las trazas metropolitanas no tengan ninguna relación de contacto con las calles existentes: el principio mismo de un metro es el de pasar a través, todo derecho.
Un trazado de metropolitano implicara grandes trazas de penetración y de circuitos geométricos de lectura esquemática y comprensión inmediata. Un trazado de metroplitano deberá ser un diagrama límpido y claro por debajo de las complejidades de una gran aglomeración urbana…
El metro es una suerte de bomba de aspiración y eyección de masas; el trabajo de dispersión no le incumbe; le incumbirá al autobús.
En Moscú el metro es  lo mejor : pues los cruces sobre tierra o suspendidos estarán sujetos al invierno”.

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Lecturas Rusia

Rusia y Moscú

Marcel Blanchard. Montevideo, Marzo de 2005.

Los viajeros con gran experiencia y sensibilidad no dudan en decir, Rusia?

¡Rusia… es Rusia!

El Primer Ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, al volver de Moscú en uno de sus encuentros con Stalin exclamó:
“Rusia es un acertijo, envuelto en un misterio en el interior de un enigma”.
Los extranjeros que han tenido oportunidad de relacionarse con ese país, viviendo en él, saben perfectamente a que refería el conocido líder y estadista británico.
Se trata de un país difícil de agrupar en los grandes continentes, ya sea en Europa o en Asia. La paradoja surge del mismo territorio ruso que se extiende a lo largo de 9 usos horarios. Ocupa casi un tercio de Europa y también “es” Asia. Rusia es todo el norte del continente asiático.
El país más extenso del planeta, en donde se habla el mismo idioma, el ruso, muy cerca de la ciudad polaca donde nació e Papa Juan Pablo II y a muy pocas millas de Japón y de los EEUU.
En Asia, la cruz de Cristo esta al norte del budismo.
El  Asia Oriental , Rusia ocupa casi la mitad de norte a sur, en términos continentales, por tanto el norte Asiático participa de la Copa Europea de Fútbol (UEFA).

Esta paradoja atraviesa toda la historia de la Rusia Imperial hasta nuestros días y constituye también el par de polos opuestos del mismo espíritu ruso que se expresa siempre de manera incomprensible para los occidentales e imprevista según prime uno u el otro. En la corte de los zares se hablaba el francés y los rubios rusos son sin duda eslavos europeos que pueden encontrarse en Moscú  Vladivostok. Sin embargo  en estas mismas y lejanas ciudades siempre se encontrarán rusos decididamente asiáticos, mezclas étnicas de las más variadas tribus de las interminables estepas.

Rusia desarma siempre a quien toma contacto con ella, todos los preceptos e imágenes psicológicas, sociales, espaciales, temporales y sociales.
Rusia limita con una serie extraordinaria de países en frontera directa:
Noruega, Finlandia, Lituania, Estonia, Polonia, Bielorrusia, Ukrania, Georgia, Armenia, Azerbadzhian, Kazajstán, Mongolia, China y de manera indirecta por un estrechísimo pasillo de mar con el Japón en las Islas Kuriles y con los EEUU en el estrecho de Bering que separa el extremo noreste de Siberia con Alaska.
Este país de muchos pueblos extraños, a tenido enorme incidencia en todo el desarrollo de la historia moderna, especialmente de los últimos siglos XIX y XX.

Fue invadido en muchas ocasiones desde todas las direcciones y por las fuerzas armadas más grandes y poderosas de l mundo en su momento. Los rusos siempre finalmente vencieron a quienes entraron en sus tierras para conquistarles y reducirles y luego de vencerles,  con la gran capacidad de adaptación y pragmatismo que les caracteriza fueron tomando sin la menor vergüenza distintos logros y aspectos positivos característicos de los pueblos que les invadieron a lo largo de la historia, en los planos político, económico, industrial y cultural. Su infinita capacidad de resistencia les ha permitió derrotar y replegar hasta sus propios lugares de origen a los más duros invasores de la historia, los mogoles, los suecos, los polacos, los caballeros letones, a la Gan Armée de Napoleón y a la Wermacht de Hitler. Tabiém les permitió soportar las más despiadadas tiranías como las de Iván el Terrible y la de Stalin.

“Conmovió” al mundo en 1917, en palabras del periodista norteamericano John Reed que trabajó de corresponsal en los años de la revolución bolchevique y se encuentra enterrado en las murallas del kremlin junto con las más destacadas personalidades del régimen soviético. Sorprendió al mundo con el primer intento global en la historia de la civilización de establecer a voluntad la utopía platónica de una sociedad perfecta. Resistió la invasión de las principales potencias occidentales que buscaban derrocar el naciente estado soviético. Experimento una cruenta guerra civil y hambrunas que mataron centenares de miles de personas, millones. Llevó la peor parte en la Segunda Guerra Mundial en donde perdieron la vida cerca de 40 millones y otros tantos se estima que habían perdido la vida antes de esta por obra de Stalin.

Al comenzar la última década del SXX volvió a dejar en vilo al mundo autodisolviéndose la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de la manera más inesperada y pacífica.

En tan sólo 15 años este pueblo supo absorber el tremendo impacto del sistema capitalista caído desde el cielo y en medio de las dificultades más extraordinarias y del desconcierto devastador a nivel social e individual de cada ser humano ha logrado un resurgimiento que pocos esperaban.
En el SXXI Rusia se ha posicionado nuevamente como un país insoslayable en la política internacional y en el equilibrio global. Su política exterior a tenido muchos puntos de coincidencia con Alemania y Francia como contrapeso al poder global de los EEUU.

La  abertura de las fronteras rusas a redibujado todo el mapa europeo y el flujo comercial.

Alemania e Italia se encuentran entre los países de mayor relación económica  y cultural con Rusia, habiendo quedado muy en el pasado las terribles rivalidades de los cruentos años de las 2 Guerras Mundiales.

Toda la historia del pasado y complejo SXX se está rescribiendo desde sus fundamentos más aceptados, en lo político, social y cultural luego de que se abrieron las fronteras de Rusia.

Un agudo historiador ruso comentaba que “en Rusia nunca se sabe lo que va a pasar ayer”. De otra parte los prejuicios de todo tipo contra este país en occidente son muy grandes y profundos y afectan a todas las capas culturales.
Rusia es quizá uno de los países históricamente más temidos y admirados, muchas veces con razón muchas veces debido  al desconocimiento más absurdo, al irracionalismo y al  manejo prolongado de los grandes medios de influencias de masas por intereses estratégicos y políticos.

Actualmente Rusia es un país totalmente abierto al extranjero, como nunca en su larga historia, y abierto para los rusos salir si desean también como nunca antes.
Poseedor de una riquísima cultura donde la belleza y lo imposible se manifiestan como una excepcional mixtura de Oriente y Occidente y con la tónica propia siempre rusa, hasta en los bellos ojos y los sorprendentes estilos de las vestimentas de sus habitantes.

Rusia, un país tan europeo para los asiáticos como asiático para los europeos. Rusia es eso: simplemente Rusia. Siempre un enigmático lugar pleno de leyendas reales o imaginarias, en donde los más avezados viajeros recuperan la infantil capacidad de admiración y experimentan la ligereza que produce desembarazarse aunque sea por unos días del peso de la estructura de juicios y prejuicios sobre lo bello y lo feo, lo que debe ser y lo que no debe ser.
Es una interminable tierra habitada por millones de seres humanos, los eslavos, aunque en el mapa solo figuren algunos puntitos aislados que denominan ciudades.
Los eslavos: un pueblo bello y extraño, producto hoy de una y mil combinaciones de las razas y tribus nómadas que habitaron desde el Ártico hasta los desiertos de rabia, desde la China y Mongolia hasta Polonia y el mar Báltico. El país que consume más Mercedes Benz del mundo y sus mujeres cantidades ingentes de cosméticos alemanes, finlandeses, israelíes e italianos, así como las mejores marcas de vestimenta del mundo. En donde una mujer de clase media de una gran ciudad aspirará a u tapado de piel para el invierno del orden de los U$S 2000 sin el menor problema, habiendo tapados de piel bien usados que alcanzan los precios de U$S 45,000  y son llevados por unos cuantos inviernos como en la época de los zares.

País de una movilidad laboral enorme y en donde la desocupación estricta no supera el 1% según algunas cifras oficiales.

Desde el punto de vista político no es más un país comunista pero está bien lejos de ser una democracia capitalista en términos orientales y probablemente nunca lo será por un complejo de factores socio-culturales y por la propia historia. Contiene sí importantísimos aspectos que hacen a una democracia y que eran imposibles de concebir tan solo 15 años atrás.

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Que es viajar

Jorge Lanata

«Viajar no es solo moverse de un lugar a otro… viajar es «viajarse», viajar en uno mismo.
Descubrir donde esta el viaje en mi.
Viajando conozco a los demás y me conozco, me viajo».

«Ni ustedes ni yo seremos los mismos al volver»


BRIC Producción Original: INFINITO
Episodio 1 – Introduccion [sic]
http://www.la.infinito.com/videos/bric-episodio1
Min 47:16

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Madre de una estudiante

«Quiero que mi hija viaje, porque el mundo es muy bonito, hay que hacer todo lo posible por conocerlo.»

Madre de una estudiante que viajó con nosotros, viaje académico 2007.

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Que es viajar

Mauricio Rodríguez

«He pensado que un viaje es como navegar… somos como un barco que al ir surcando las aguas del destino va dejando ondas a su paso, y éstas, son las irrepetibles experiencias que uno ha de encontrar en el mar de la existencia.»

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Que es viajar

Emma Morales

«Para un arquitecto viajar es un combustible… El acercamiento a otras maneras de comprender el espacio, el contexto y la cultura abre posibilidades, tiende puentes e intensifica la capacidad creativa.»

«Cuando a nivel personal se ha entrado en la rutina, el viajar le da nuevas fuerzas y un sentido de vida diferente.»

«El arquitecto que viaja se renueva en cada experiencia de viaje y eso afecta su quehacer profesional.»

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Que es viajar

Teodoro González de León

“¿Qué significa para usted viajar?»

«Es una manera de respirar profundo, de enterarse de otras cosas: el olor de una ciudad distinta. Para mí viajar debería ser una profesión.»


Entrevista a Teodoro González de León, «Viajar es respirar profundo», Revista Escala, Aeroméxico, Ed. Grupo Editorial Impresiones Aéreas, No. 219 Octubre 2007, p.146